La falta de amor es la que produce que haya tanta miseria en el mundo. En la tierra hay riqueza para poder abastecer a todos los seres humanos si todo estuviese bien repartido como Dios manda, pues cuando Él hizo el mundo, ya pensó en los mares, en los minerales, en la tierra para poder sembrar las miles de tantas casas para poder trabajar y alimentarnos, pero los tantos millones que se echan en fabricar armas para matar y destruir bien podía comer y trabajar todo el que está padeciendo porque hay que ver lo sumamente ridículo que está un ser humano cuanto tiene entre sus manos un arma, matar porque y para que pobre del que muere asesinado, pero mucho más pobre desgraciado inhumano despojo sin corazón, indigno del aire que respira, alma satánica perdida para siempre en este mundo y para la eternidad. Pobre persona y pobre alma. Hay que rezar por ellos, destructores de familias inocentes que tenían derecho a su vida porque sólo Dios es el que decide cuando tenemos que morir y nadie más tiene derecho a quitárnosla; sólo a respetarla; ese gran respeto que no debemos unos a otros y ese gran amor que tenemos el derecho de tenernos porque donde hay amor allí está Dios.
A una persona hombre o mujer no se le debe de valorar nunca a razón de lo que sabe, sin por razón de lo que ama. Es una pena no querer vivir como dicen los mandamientos. Segurísimo que el mundo iría mejor. Vamos a ser más humildes.
Un abrazo de tu amiga Paquita
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