La naturaleza es lo más grande que tenemos; de ella dependemos. No somos nada sin ella pues lo es todo: lo que comemos, las frutas, las legumbres, el agua, los medicamentos que los hace, como todos bien sabemos, de las hierbas. Esto es por decir algo, porque no terminaríamos nunca de decir todo lo que nos da y la belleza tan grande que nos ofrece cuando vamos a visitarla con esa variedad de árboles como son el pino, el carrasco, nogueras, chopos, madroños, encinas, moreras,.. Vamos a respetarla siempre que la visitemos. Dejémosla limpia para que los que vienen detrás de nosotros se sientan orgullosos de ver que los que hemos pasado antes les hemos dejado a una madre cuidada y respetada. Que seamos ejemplo para nuestros hijos y nietos y para todos aquellos que la sigan visitando.
Si no eres capaz de admirar las raíces de un árbol, el colorido de las diferentes florecillas silvestres, una gota de agua helada en pleno invierno, una hoja en el otoño pasando del verde al amarillo, si no te pones contenta en un día de lluvia, si no te gusta la nieve, si la brisa que te da en la cara te molesta, si el ruido del agua de una fuente no te gusta, si la diferente tonalidad del verdor del campo no te llama la atención, si no te da alegría de los árboles, de las montañas, de los ríos, de los mares, el cielo, el día , la noche, si no te gusta el universo, el cosmos, el infinito o una puesta de sol, los animales,… en general todo el planeta donde vives, estás muerta en vida y sería una pena que no despertaras ya que te Dios te ha dado la gran oportunidad de que pases por esta vida porque quiere que sepas que eres único, que no hay otra persona como tú ni la habrá jamás.
Un abrazo de tu amiga Paquita
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