Ten compasión con el alcohólico, con los que están solos, con los enfermos, ayuda siempre al necesitado. Pues si castigamos al hombre por su pasado tendremos unos hombres sin futuro. Ayuda siempre que puedas a las casas de acogida, comedor de pobres, centros de rehabilitación, toxicomanía, alcoholismo marginación, soledad, etc. Lo tuyo como ser humano es ayudar, no destruir. Haciendo el bien se pueden conseguir muchas cosas pues hay un sin fin de seres esperando, no defraudes. Responde como debes, pues esto es una obligación que tenemos, además de las más importantes de nuestra vida. Resplandece por tu generosidad. No hagas favores queriendo algo a cambio. Un favor es sólo un favor, no airees de que pones en los jarrones de tu casa todos los días flores frescas, ponlas también en tu corazón. Cámbiate tú también el agua a diario, verás qué fresco y lozano te encuentras.
No recibas el día como un día más, recíbelo como un día nuevo para emprender cosas nuevas. Están tus días. Que tus años sean siempre jóvenes, no los hagas aburridos. Tus bienes no los malgastes, pero acuérdate de una residencia de ancianos y aunque tú no tengas familia, llévales helados, dulces y repárteles entre todos, hazles una visita, háblales y verás qué satisfacción encuentras en tu alma y cómo te gusta y lo volverás a repetir pues esos serán los primeros pasos para acercarte más al camino de la felicidad. Entonces habrás triunfado (aleluya) y Dios estará contigo. Habrás ganado la batalla. Has salvado todas las barreras serás libre, serás feliz.
Recibe un abrazo de tu amiga Paquita
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